Vidrio y cristal

¿VIDRIO O CRISTAL?

Pues no, no es lo mismo. Aunque se les da el mismo uso a ambas palabras —quizá distinguiendo entre un trabajo delicado (cristal) de uno mas basto (vidrio)— no es lo mismo. Un cristal es un sólido homogéneo que tiene sus átomos dispuestos en una red tridimensional, guardando un orden y unas ciertas simetrías, repitiendo infinitamente la disposición formando una estructura cristalina.

 

Un vidrio es un material amorfo, duro, frágil y transparente que —normalmente por enfriamiento muy rápido— no tiene sus átomos ordenados y su estructura tridimensional no forma una red con simetría. Ordinariamente se obtiene por fusión a unos 1500ºC de arena de sílice (SiO2), carbonato sódico (Na2CO3) y caliza (CaCO3).

 

Llamar cristal al vidrio es un uso coloquial aceptado, pero no es correcto desde el punto de vista químico. Lo que se suele llamar cristal es un vidrio al plomo que se forma fundiendo silicato de potasio y óxido de plomo.

 

¿Se recicla el vidrio y el cristal?

Meter cristales rotos, cerámica o botellas con tapones en los contenedores verdes de reciclaje causa grandes pérdidas económicas al sector de reciclaje del vidrio, según la asociación que reúne estas empresas, Anfevi, que ha dado a conocer un decálogo para sensibilizar a los consumidores.

Los principales materiales que se reciclan de forma inadecuada en los contenedores son cerámica, vitrocerámica, piedra, barro y loza, según la Asociación Española de Empresas Fabricantes de Envases de Vidrio (Anfevi). «La inclusión de este tipo de productos tiene como primera consecuencia la rotura de un envase en pleno proceso de producción», ha declarado Juan Martín Cano, secretario general de Anfevi. «Si consideramos una línea de producción de 20.000 envases por hora y una rotura de sólo dos de esos 20.000 envases, el proceso se detendría durante 20 minutos, lo que supondría un 33 por ciento de pérdida de productividad», ha explicado.

El informe de Anfevi afirma que este hecho afecta a la producción vidriera y no sólo se traduce en pérdidas económicas sino en menor eficiencia y por tanto, mayor contaminación, y menor calidad del producto final. También pide no reciclar el denominado vidrio opalino, empleado por ejemplo en las pantallas de las lámparas, NO introducir espejos ni cristales de bombillas o ventanas ni unos envases dentro de otros, y quitar los tapones y tapas de las botellas.

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